jueves, 16 de enero de 2014

Técnica de canto. Posturas inadecuadas. Rutina 2: Rotación de cadera.

Estas rutinas permiten la relajación de segmentos corporales que pueden ser causa de diversos problemas posturales o respiratorios. Y permiten la activación de grupos musculares con el fin de “despertar” el cuerpo y evitar la “relajación excesiva”.

RUTINA 2: ROTACIÓN DE CADERA.


  • Permite la relajación de las tensiones que se reflejan en posturas inadecuadas. Ayuda a liberar y enfocar contracciones en las caderas, permitiendo un desbloqueo articulatorio y la ubicación de puntos “graves de tensión”.
  • Ayuda a relajar los músculos de la cadera. Una excesiva tensión puede afectar la buena distribución del peso y por ende al mal manejo de la columna de aire, que actúa como sostén de un sonido tranquilo y sin interrupción.


Figura 1
Nos acostamos en el suelo con la espalda recta respetando la curvatura natural de la columna. Esta vez no apoyamos la cabeza en el cojín. (Figura 1)
Nos concentramos en el hueso sacro.
Sin levantar el cuerpo del suelo, empujamos la cadera hacia arriba y hacia adelante, hasta que la espalda quede plana sobre el suelo.
En este momento inclinamos de nuevo la cadera hacia atrás hasta volver a curvar la espalda.
Nos mecemos varias veces con la cadera hacia adelante y hacia atrás en la posición derecha y con arco. Continuamos repitiendo en movimiento para lograr una cierta relajación.
Hay que recordar tener los músculos del abdomen lo más relajados posibles.
Tenemos que evitar tener la mandíbula tensa o cerrada.
            Mantenemos la posición de inicio y respiramos con suavidad.

Ahora nos mecemos de un lado al otro utilizando el hueso sacro. Se trata de una oscilación muy leve que interesa solamente a la parte del hueso sacro.
Mantenemos la posición de inicio y respiramos con suavidad.
Por último, vamos a hacer un giro completo alrededor del hueso sacro. Empezamos inclinando la cadera como antes, de manera que aplanamos la espalda sobre el suelo. Luego la desplazamos sobre un lado y continuamos el giro hasta que la espalda esté de nuevo arqueada, en este punto nos inclinamos hacia el otro lado y vuelva a hasta la posición anterior.
Con la columna totalmente tendida sobre el suelo, una vez se haya adquirido cierta seguridad en el movimiento, seguimos haciendo el giro cuatro veces en una dirección y cuatro veces en la otra, siempre muy lentamente y acordándose de respirar. Cuanta menos fuerza se utilice en el movimiento, mejor será el resultado.
Buscamos siempre la idea de que la columna es delicadamente masajeada.
Al final permanecemos un poco en la posición de inicio.

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